No hay mayor amor

“No hay amor más grande que este: Aquel que da su vida por sus amigos”      San Juan 15:13

 El era mi mejor amigo, para mí, su sola presencia me dibujaba una sonrisa en el corazón y a decir verdad yo creo que nunca he de conocer a otro amigo como él. Siempre formal, siempre tan inteligente, siempre viéndole el lado real a las cosas, yo, siempre ahí, junto a él, porque quería que todo el mundo supiese que Spencer Lázaro tenía un mejor amigo; y todo marchaba de maravilla hasta que zaz! Todo cambio y de repente el comenzó a alejarse y a comportarse de una manera extraña. Al principio yo creí estar equivocado pero conforme pasaban los días el se alejaba mas y comenzó a relacionarse con otras personas.

Completamente triste y con un profundo sentimiento de que estaba perdiendo a un hermano, me acerque a Él un día y le encare, hubo tantas palabras, tantas preguntas y sabes? Aun resuenan en mi cabeza sus palabras: Sabes Spence! No estoy cambiando, estoy buscando amistades que me convienen, ellos me convienen”. De más esta decir que esas palabras me lastimaron mucho y me hundieron en una tremenda tristeza y sentimiento de soledad.

Esta noche, mientras escribo esta reflexión y recuerdo esta historia alabo a Jesús porque en esos momentos el me levanto y me enseno una gran lección. Es posible que las personas que amas te den la espalda, es posible que tu mejor amigo se halla ido por que le “convienen” mejores amistades, quizá has buscado amor en cisternas rotas, pero mi buen amigo, quiero decirte algo: Cristo aun estará ahí, no importa si tú mismo le has traicionado, agudiza tus ojos y lee esta tamaña verdad: cuando tu le diste la espalda el te abrió los brazos en la cruz, cuando parece ya no haber salida el te dará alas de águila para que puedas volar sobre el pantano, ningún horizonte te podrá detener, podrás luchar contra tus gigantes y te darás cuenta de que nunca estarás realmente solo, el siempre estará ahí deseando conquistar tu corazón.

Aquel día, gracias al incidente con mi mejor amigo aprendí muchas cosas, aprendí que maldito es el hombre que confía en el hombre, a prendí a buscar refugio en Jesús, aquel que no sabe fallar, aprendí a ser feliz por decisión y no por circunstancias. Jesús se acerco a mi lado y me susurro las palabras de amor más dulces que haya escuchado, el me dijo que me amaba, el me dijo que permitió que atravesara por esa situación para que me diera cuenta que volvería a caerme si no aprendía la lección, que volvería a sufrir hasta el día aquel cuando comprendiese que solo Jesús me dio ese mayor amor, solo él es mi único y verdadero amigo, solo él NUNCA me fallara, que en sus manos mi corazón está verdaderamente seguro.

Aprende a descansar en Cristo, aprende a ir a él, él desea darte lo que nadie puede darte en esta vida, el desea ensenarte los secretos de su amor, el desea caminar desde hoy y hasta el cielo a tu lado.

 

Por: Spencer Lazáro (Estudiante de Teología Universidad de Montemorelos)