Comentario leccion de escuela sabatica (2009-II) Leccion 6


EL PECADO

«Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida» (Rom. 5:18).

INTRODUCCION

Los seres humanos muestran poco o ningún signo de mejoramiento moral en las últimas generaciones. Las noticias casi invariablemente nos hablan de atrocidades y decadencia moral. No obstante, por malo que sea el pecado, no es el fin de la historia. Es cierto, el pecado es real, pero también lo es la gracia divina. A continuación analizaremos qué es el pecado, cuáles fueron las consecuencias y qué solución hay frente al pecado.

I.            ¿QUÉ ES EL PECADO?

1.         Pecado es incredulidad

Pecado es dejar de creer en Dios y creer en el Diablo en una palabra es incredulidad. Observemos el proceso de la entrada del pecado a este mundo:

Dios rodeo de alimento delicioso a los ojos y bueno para comer (Génesis 2:9), luego lo puso en el huerto para que administrará la creación “Tomó, pues, Jehová Dios al hombre y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo cuidara” Génesis 2:15

Luego “mandó Jehová Dios al hombre, diciendo… «De todo árbol del huerto podrás comer; pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comas, ciertamente morirás»” Génesis 2:16,17.

Observemos que Adán y Eva “obedecieron” el “mandato” de Dios de no comer del árbol prohibido porque “creyeron” en lo que Dios había afirmado “…el día que de él comas, ciertamente morirás” Génesis 2:17

La serpiente hizo una afirmación contraria a la de Dios: “No moriréis” (Génesis 3:4) y le hizo una propuesta – pronóstico: “seréis como Dios” (Génesis 3:5)

Fue allí cuando la mujer en su raciocinio vio que “árbol era bueno para comer” (Génesis 3:6) “decidió dejar de creer” en Dios “…el día que de él comas, ciertamente morirás” Génesis 2:17 y creer en Satanás y su afirmación “no moriréis (Génesis 3:4). Quiso ser semejante a Dios “Al ver la mujer que el árbol era bueno… y deseable para alcanzar la sabiduría” (Génesis 3:5,6)

Pecado es querer lograr algo a través de medios equivocados. La palabra pecado viene del heb. generalmente jattâ’th, jattâ’âh, etc. [del verbo jâtâ’, «errar el blanco», «no alcanzar algo», «obrar mal», «ofender», «ser culpable», «pecar»], «falta», «pecado»; pesha; y del griego principalmente hamartía, «errar el blanco», «pecar»). En este sentido Eva quería ser feliz  a través de medios equivocados, quiso tener sabiduría a través de medios equivocados. Pecado es cualquier desviación de la voluntad revelada de Dios: ya sea no hacer lo que él ha ordenado definidamente, o realizar lo que específicamente ha prohibido. El pecado entró en este mundo cuando Satanás indujo a Adán y Eva a apoderarse de lo que el Altísimo se había reservado para él, afirmando que así podrían alcanzar un nivel superior de sabiduría (Génesis 3:1-6).

2.         Pecado es rebelión

Entonces su decisión (incredulidad) la llevó a la acción (rebelión), desobedeció “tomó de su fruto y comió; y dio también a su marido, el cual comió al igual que ella” Génesis 3:6. Aquí es cuando “transgreden el mandamiento” de Dios “del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás” Génesis 2:16

Comer del fruto no fue su pecado, sino la consecuencia del mismo: «Cada uno es tentado cuando sus propios malos deseos lo arrastran y seducen. Luego, cuando el deseo ha concebido, engendra el pecado; y el pecado, una vez que ha sido consumado, da a luz la muerte» (Santiago 1:14,15). Fue creer poder ser semejante a Dios. Entonces, comieron del fruto. Siguieron creyendo en Dios (no podían negarlo), pero dejaron de creer la promesa de Dios, los seres humanos se rebelaron contra su Hacedor, pretendiendo ellos mismos ser la medida de todas las cosas, en vez de, la confianza humilde y someterse a la sabiduría y el amor de Dios; rechazaron la autoridad de su palabra y gobierno; así el hombre engendró su pecado, que al ser consumado implicó su muerte. Pecado es la evidencia de nuestra incredulidad, nuestra falta de fe.

“El cielo mismo ha sentido los efectos de la rebelión del hombre contra Dios. El Calvario se destaca como un recuerdo del sacrificio asombroso que se requirió para expiar la transgresión de la ley divina. No consideremos, pues, el pecado como cosa trivial» (El Camino a Cristo, p. 33).

El pecado es rebelión, porque no existe posición neutral en la vida del hombre “El que no es conmigo, contra mí es…” (Lucas 11:23). El pecado es el rechazo deliberado y consciente al poder y la autoridad de Dios

3.       Pecado es transgresión de la ley de Dios

La desconfianza en la bondad de Dios, la falta de fe en su palabra, el rechazamiento de su autoridad, fue lo que convirtió a nuestros primeros padres en transgresores e introdujo en el mundo el conocimiento del mal. Eso fue lo que abrió la puerta a toda clase de mentiras y errores» (La Educación 25).

El pecado es infracción de la ley. La ley es espiritual, perfecta, santa, justa y buena. La ley define el amor de Dios y se basa en los dos grandes principios de amor a Dios y amor al prójimo, y es inmutable y obligatoria. Los Diez Mandamientos son los 10 puntos de la ley divina del amor. Creemos que quebrantar cualquier punto de la ley trae sobre la persona la pena del pecado. Creemos que esta ley espiritual fundamental revela el único camino a la vida verdadera y el único camino posible a la dicha, la paz y la alegría. Toda desdicha, miseria, angustia y pena ha venido de la transgresión de la ley de Dios (1 Juan 3:4; 5:3; Mateo 5:17-19; 19:17-19; 22:37-40; Santiago 2:10-11; Romanos 2:5-9; 7:12-14; 13:8-10)

En las Sagradas Escrituras, que son la revelación escrita de Dios a la humanidad, él nos revela el conocimiento esencial que necesitamos, por medio de sus leyes y enseñanzas (2 Timoteo 3:15-17). Esto establece los cimientos de la relación eterna que Dios desea tener con nosotros. De ahí que sea imperativo que cualquiera que desee tener esa clase de relación con Dios obedezca las directrices de la ley de Dios

La violación de cualquier instrucción de Dios es pecado (1 Juan 5:17), el pecado es la transgresión de la ley de Dios, entró en la humanidad en el huerto del Edén

«Adán y Eva se convencieron de que de un acto tan ínfimo como el de comer la fruta prohibida no podrían resultar consecuencias tan terribles como las que Dios había anunciado. Pero ese acto pequeño era una transgresión de la ley santa e inmutable de Dios y separó de éste al hombre y abrió las compuertas por las cuales se volcaron sobre nuestro mundo la muerte y desgracias innumerables…» (El Camino a Cristo, p. 33).

«el pecador, al ser exhortado a abandonar sus pecados, tiene derecho a preguntar: ¿Qué es pecado? Los que respetan la ley de Dios, pueden responder: Pecado es la transgresión de la ley» (Mensajes Selectos, vol. I, p. 269).

II.            CONSECUENCIAS DEL PECADO

Todos hemos sido corrompidos por la caída de Adán; todos nacemos con una naturaleza caída aun antes de que pequemos.

1.         La muerte

“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron” Rom 5:12

“Por el pecado la muerte”

Antes de que entrara el pecado, Dios había advertido a Adán que la muerte sería el resultado del pecado (Gén. 2: 17); y después de que entró el pecado, Dios pronunció la sentencia: «Polvo eres, y al polvo volverás» (Gén. 3: 19).

La Biblia habla de tres muertes: (1) La muerte espiritual (Efe. 2: 1; 1 Juan 3: 14); (2) la muerte transitoria, o sea la «primera muerte» que Jesús describe como un «sueño» (Juan 11: 11-14; Apoc. 2: 10; 12: 11); y (3) la muerte eterna, o sea «la segunda muerte» (Mat. 10: 28; Sant. 5: 20; Apoc. 2:11; 20: 6, 14; 21: 8). Se ha discutido mucho en cuanto a la clase de muerte que sobrevino por el pecado de Adán, y especialmente en cuanto a la clase de muerte que ha pasado a su posteridad (ver el com. de «la muerte pasó»). Gran parte de esta dificultad se debe a que por lo general se ha tergiversado el concepto que se tiene de la naturaleza de la muerte. Sin embargo, Pablo no parece preocuparse de esos problemas en este contexto, sino que sólo destaca el hecho histórico de que «el pecado entró en el mundo» por medio de Adán, y la muerte fue su consecuencia. Antes de la transgresión de Adán no había pecado ni muerte en este mundo; ambos se presentaron después. Por lo tanto, la transgresión de Adán fue la causa del pecado y de la muerte. El contraste importante radica entre la muerte como resultado del pecado de Adán, y la vida como resultado de la justicia de Cristo. El argumento de Pablo es que la dádiva de la vida y los beneficios que logró Cristo, son mucho mayores que los efectos del pecado de Adán. La nota tónica de este pasaje es: «sobreabundó la gracia» (Rom. 5: 20).

“La muerte pasó”

Gr. diérjomai, «atravesar», «recorrer», «penetrar». La oración podría traducirse: «La muerte se extendió a todos los hombres». El verbo sugiere que la muerte se abrió paso hasta cada miembro de la familia humana.

“A todos los hombres”

Equivale a la frase previa «en el mundo», pero difiere de ella, ya que las partes concretas son diferentes de un todo abstracto. «Pasó» tiene un matiz diferente del término «entró», así como ir de casa en casa es diferente de entrar en una ciudad.

Esta declaración de que la pena de muerte pronunciada sobre Adán ha pasado a todos los hombres, demuestra que la sentencia contra Adán (Gén. 2: 17) no se refería a la «segunda muerte». La segunda muerte no puede transmitiese a otros, pues sobrevendrá como resultado del juicio final, acerca del cual se afirma claramente: «Fueron juzgados cada uno según sus obras» (Apoc. 20: 12-13). El juicio final de Dios y la sentencia final de muerte eterna se basan en la responsabilidad personal e individual (Rom. 2: 6). Todos los hombres descienden, sin excepción, a la sepultura, y en este respecto todos comparten el castigo de la transgresión de Adán. El derecho a la vida se perdió debido 527 a la transgresión. Adán no podía transmitir a su posteridad lo que ya no poseía. En este sentido «en Adán todos mueren» (1 Cor. 15: 22).

2.         Naturaleza pecaminosa (Tendencia)

“Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. ¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte? Romanos 7:21-24

“Hallo esta ley”

Literalmente «encuentro, pues, la ley». En el texto griego se encuentra el artículo definido. Con el término «ley» Pablo se refiere a la fuerza maligna que una vez operaba en él creando problemas en su vida.

“Otra”

Gr. héteros, «otra de clase diferente». El objetivo héteros no solo expresa una diferencia sino con frecuencia un contraste. Esta «ley» diferente se opone a la ley que aprueba el hombre interior. «La ley del pecado» (Rom. 7: 23, 25) -la fuerza maligna del vers. 21 se aprovecha de cada impulso carnal.

“En mis miembros”

Es decir, en los órganos y facultades de mi cuerpo (cf. Rom. 3: 13-15; 7: 5; 1 Cor. 6: 15; 12: 12, 18, 20). Pablo considera el cuerpo, la carne, como la sede del pecado, el lugar donde mora la ley del pecado que actúa en los miembros para ocasionar la muerte. Con esto no quiere decir que el cuerpo físico sea malo. Su clamor en busca de liberación se refiere a quedar libre del yugo de la ley del pecado, de modo que su cuerpo no sirva más como morada del pecado y de la muerte, sino que pueda ser ofrecido a Dios como un «sacrificio vivo, santo y agradable» (Romanos 12: 1).

“Se rebela contra”

Gr. antistratéuomai, palabra que sólo aparece aquí en el NT. El verbo tiene que ver con una campaña militar. La ley en los miembros está en lucha campal contra la ley de la mente (cf. Gál. 5: 17; 1 Ped. 2: 11).

“Me lleva cautivo”

O «me esclaviza» (BJ), «me encadena» (NC). El verbo aijmalÇtizÇ aparece de nuevo en el NT sólo en Luc. 21: 24 y 2Cor. 10: 5. Pablo ha empleado expresiones muy vigorosas en este versículo para describir la dureza del conflicto con el pecado. Se presente a sí mismo como empeñado en una lucha de vida o muerte para escapar del poder seductor de sus malas inclinaciones.

Veamos cómo se manifiesta esta tendencia al pecado en vida diaria:

  1. Pecados en el pensamiento

En el concepto hebreo no hay dualidad “entre el pensamiento y la acción” es una unidad, el “pensamiento es acción”, por ello dijo Jesús cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. El pecado no tiene que ver solo con actos ilícitamente cometidos. También incluye el deseo y las fantasías acerca de cosas que sabemos que son malas. En una palabra: Todo pecado nace en el pensamiento

“Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz” Romanos 8:6

“El ocuparse de la carne”

Literalmente «la manera de pensar de la carne». «Las tendencias de la carne» (BJ). «Mente» significa aquí «pensamiento», «propósito», «intención», «inclinación», como en la frase «sabe cuál es la intención del Espíritu».

“Muerte”

Pensar únicamente en la complacencia de los deseos carnales es muerte. El que vive para ese propósito egoísta está muerto mientras vive, y la condición presente de muerte espiritual sólo puede conducir a la muerte final y eterna.

b.      Pecados por omisión

“y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado” Santiago 4:17

“No lo hace”

El que es sólo «oidor», pero no «hacedor», demuestra que su religión es «vana». El que cultiva una fe falsa confía únicamente en el conocimiento, y demuestra su falsedad cuando se aparta de los hechos que la fe sincera produciría con gozo. También es un reproche para los que evitan estudiar más la Palabra de Dios porque consideran que cuanto más aumenta su conocimiento mayor es su obligación personal.

“Pecado”

El argumento de que uno no ha hecho mal será una excusa sin valor en el día del juicio, pues quienes así proceden son siervos negligentes. La evasión deliberada de un deber conocido es una rebelión directa contra la voluntad de Dios. Esta situación aumenta la dificultad a la que hace frente el de «doble ánimo», el que es religioso en apariencia, el que tiene una fe muerta y el «terrenal». Todas estas características de los miembros imperfectos de la iglesia son el resultado de una entrega incompleta al cumplimiento pleno de los mandamientos de Dios. Vacilan entre lo que saben que deben hacer y lo que personalmente desean hacer con el resultado de que no llegan a someterse sin reservas a la voluntad de Dios.

III.            LA SOLUCION AL PECADO

Jesús

«El divino Hijo de Dios era el único sacrificio de valor suficiente como para satisfacer ampliamente las demandas de la perfecta Ley de Dios […].Su sacrificio fue enteramente voluntario. Su vida era suficientemente valiosa como para rescatar a los seres humanos de su condición caída.» (E J 18).

“Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” Hechos 4:12

“En ningún otro hay salvación”

Pedro afirma que la curación física del cojo es la manifestación externa del poder de Jesús para la salvación del alma, salvación que el inválido también había recibido. Debido a los resultados producidos por la orden: «Levántate y anda», los testigos oculares debían deducir que el mismo poder era capaz de traer consigo la bendición mayor de la salvación espiritual (Mat. 9: 5). La salvación de la cual Pedro estaba hablando era exactamente lo que los dirigentes decían que buscaban. La afirmación de Pedro de que Cristo es el único Salvador concordaba exactamente con lo que Jesús mismo afirmaba: que sólo en él hay salvación (Juan 3: 16; 14: 6).

“Podamos ser salvos”

Cristo es el único camino, y necesariamente por él debemos buscar la salvación si anhelamos ser salvos (Juan 14: 6; 17: 3). El plan de salvación ofrecido por medio de Jesucristo (1) glorifica a Dios como gobernante moral; (2) enaltece la ley de Dios como regla de gobierno; (3) da evidencia de que su origen es la revelación divina; (4) por medio de la expiación vicaria satisface las necesidades de los pecadores, quienes de otro modo están bajo la condenación de Dios. Cristo es el único mediador entre el hombre y Dios (1 Tim. 2: 5).

CONCLUSION

El pecado ha infectado todas las esferas de la vida. Nos afronta la realidad de algo que, en mucho, excede nuestra capacidad de entender. Pero no excede el poder y el amor de Dios. Él ha tratado decisivamente con el problema del pecado en su Hijo, Jesucristo.

Alfredo Padilla Chávez

Pastor IASD Puente Piedra “A”

Escríbenos a: apadilla88@hotmail.com

LIMA PERÚ

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3 respuestas

  1. Excelente comentario. En realidad el pecado es lo peor que puede existir, pero gracias a Dios por su poder y sacrificio, aunque dejar de pecar es muy dificil

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    • M i querido amigo, tenemos que hacer madurar en nuestro ser la perfeccion que es Cristo, y que no madure el pecado…¿cómo asi? no sediendo a la mas leve insinuacion de pecado, porque el diablo es astuto, nunca se pronunciara del todo.
      intentemoslo y ganaremos la victoria, y estaremos disfrutando de las delicias de los cielos. bye.

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  2. me gustaria aprenter mas de todo esto x fabor escribanme

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