Introduccion leccion de escuela sabatica


III Trimestre de 2010
Vestidos de Gracia: Vestiduras figuradas en la Biblia
Palabras más grandes que ellas mismas  

Estamos saturados de símbolos. Nuestro lenguaje (y, por ello, nuestros pensamientos) y nuestras palabras son símbolos, representaciones de cosas diferentes a ellas mismas. Las letras de la palabra perro no son un perro ni cualquier perro. Son un símbolo, compuesto por letras sobre una hoja, constituido por letras y sonidos que, no importa cómo se los interprete, nunca pueden ser lo que representan. La palabra perro, en cualquier idioma o escritura, representa algo más grande que ella misma. El lenguaje, la cultura, la sociedad, la política –todo en cierto grado– nos llega filtrado por medio de símbolos: banderas, íconos, figuras, consignas, expresiones idiomáticas, arte, poesía, esculturas, danza, arquitectura, ritos y costumbres, con significados que a menudo varían de un lugar a otro. Muchas cosas significan más de lo que son en sí mismas y por sí mismas.

Tal vez por eso la Biblia también está saturada de símbolos. En Génesis 2, Dios hizo que el séptimo día fuera un símbolo de todo lo que sucedió antes de él, los seis días de la creación. La primera promesa del evangelio, la primera promesa de la salvación para la raza caída, se reveló en símbolos: simiente, cabeza, talón (Gén. 3:15), y todo se refería a una realidad mucho mayor que la simiente, la cabeza y el talón. Además, cuando Dios le dijo a Caín, el homicida, “La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra” (Gén. 4:10), él mismo estaba hablando en símbolos.
Por toda la Biblia, aparecen símbolos –representaciones de cosas e ideas mayores que ellos mismos–: el arco iris después del diluvio (Gén. 9:13), los sueños de José (Gén. 37:1-11), los tres ángeles de Apocalipsis 14 (Apoc. 14:6-12), todos los ritos del Santuario del período del Pacto antiguo (Heb. 9), el pan y el vino en la Cena del Señor (Mar. 14:22-25). Todos apuntan a realidades y verdades que están más allá de ellos mismos.
Por supuesto, como adventistas del séptimo día, todos estamos familiarizados con el simbolismo profético de Daniel: un león con alas (Dan. 7:4), una bestia con dientes de hierro (Dan. 7:7), un macho cabrío que venía “sin tocar tierra” (Dan. 8:5), una estatua con pies de hierro y barro (Dan. 2:33). Otra vez, todos estos son símbolos de realidades mayores.
Además, está el poderoso simbolismo de la poesía bíblica: “¿Quién midió las aguas con el hueco de su mano y los cielos con su palmo, con tres dedos juntó el polvo de la tierra, y pesó los montes con balanza, y con pesas los collados?” (Isa. 40:12). O algo tan sencillo como: “Manzana de oro con figuras de plata es la palabra dicha como conviene” (Prov. 25:11).
¿Y las parábolas que contó Jesús? La oveja perdida (Luc. 15:1- 6), el hombre rico atormentado en el infierno (Luc. 16:22-31), la cena de bodas (Mat. 22:1-13) y las diez vírgenes (Mat. 25:1-13), son todas representaciones simbólicas de conceptos que, en su esencia, tienen poco o nada que ver con esos símbolos. (Cristo vino para dar vida eterna a la raza caída, no a encontrar animales de granja perdidos.)
Las lecciones de este trimestre se concentran en un simbolismo bíblico de cierta clase: las imágenes que tienen que ver con la vestimenta. (Agradecemos en forma especial a Myrna Tetz, por este concepto. Myrna, ahora jubilada, fue editora administrativa de la Revista Adventista en inglés.) Consideraremos la ropa que usaba la gente de la Biblia y lo que realmente significaba esa ropa, qué verdades simbolizaba, a qué grandes verdades señalaba y qué lecciones podemos aprender de ello. Desde el adorno maravilloso de Lucifer en el cielo hasta los trapos de inmundicia de nuestra propia justicia, desde las túnicas de pieles para Adán y Eva en el Edén hasta las “vestiduras de esplendor” que menciona Isaías, la Biblia usa las vestimentas y las imágenes de vestiduras para describir verdades acerca del pecado, el orgullo, la justicia, la salvación, la justificación, la resurrección y la vida eterna en Cristo.
Por supuesto, aunque no somos lo que vestimos, aquello con que nos vestimos puede decir mucho acerca de quiénes somos; en ese sentido, como con todos los símbolos, la vestimenta puede señalar algo más grande que ella misma.

4 respuestas

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  2. MUCHAS GRACIAS, ESTE MATERIAL ESTA PRECIOSO PARA REFORZAR LA LECCION. DIOS LOS BENDIGA

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  3. gracias por esta introduccion por que así podemos aprender más gracias hermanos por tenernos en cuenta que Dios los bendiga

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  4. Padre Celestial gracias por existir te amo no te puedo ver pero te siento eres lo mas lindo del mundo puedo sentir tu aroma en cada flor y puedo ver tu orden en las distintas especies frutales vegetaqles veo tu inmensidad en la profundiadd del mar te amo con toda el almaq y te pido de favor que le concedas trabajo a mi esposo carlos Alejandro Marroquin Juarez please dont me alone my LORD O MY GOD I LOVE YOU SO MUCHO

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